A una distancia de 1 kilómetro del hipocentro la velocidad del viento cuando explotó la bomba fue de 170 metros por segundo que, si se compara con la velocidad máxima de 80 metros de un tifón de los más fuertes, nos da idea de la tremenda fuerza destructiva que tenía. Se calcula que se haya producido instantáneamente una presión de entre 6,7 a 10 toneladas por metro cuadrado en el lugar inmediatamente debajo de la explosión.
El viento causado por la explosión destruyó todos los edificios en las cercanías del estallido, recorrió cerca de 3,7 kilómetros en 10 segundos y transcurridos 30 segundos alcanzó zonas a unos 11 kilómetros. A partir de aquí finalmente fue aminorando pero sus consecuencias destructivas llegaron hasta cerca de unos 15 kilómetros del hipocentro.